El Buen Pastor - Norman Oklahoma
Ver Mas Alla de lo Evidente Carlos Caceres

Ver Más Allá de lo Evidente

Basado en 2 Reyes 6:8-17

El año es 850 B.C.  dos naciones están en guerra. Una es Siria y la otra Israel. El rey de Siria, que se cree que es Ben-Hadad II, está peleando contra el rey de Israel quien es Joram. Ben-Hadad II ha puesto a su ejército en puntos estratégicos para atrapar al rey de Israel. Pero una y otra vez, el rey Joram pudo evadir las trampas del ejército de Siria. La frustración de Ben-Hadad II era tan intensa, que comenzó a sospechar que había un traidor en su ejército y comenzó a acusar a todos los que estaban con él, de traición. Esto fue un golpe muy grande para los siervos que estaban  con él. Uno de sus siervos, le aseguró al rey que no había ningún traidor en medio de ellos, y le siguió informando que el rey Joram tenía un arma secreta. Es un arma que  hace muy difícil planear las estrategias. Esta arma, es el profeta Eliseo, el cual declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu cámara más secreta.

            Habiendo recibido esta nueva información, Ben-Hadad II cambia sus estrategias. Viendo que va a ser imposible atrapar al rey de Israel, con Eliseo en el cuadro, Ben-Hadad II pide que averigüen en dónde se está hospedando  Eliseo y en poco tiempo, recibe la noticia que Eliseo está en Dotán. Camuflajeado y de noche, el ejército de Siria sale para Dotán y al llegar sitiaron la ciudad.

            Eliseo tenía un siervo con él, y cuando se levantó el siervo por la mañana y salió, para su sorpresa, vió la ciudad sitiada por completo con caballos y carros por el ejército de Siria. Como se lo pueden imaginar, el siervo no duró tanto para entrar en un estado de pánico, y le dice a Eliseo: “¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?” Eliseo lleno de paz y calma, le contesta a su siervo: “No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.” Viendo que la respuesta que le ha dado no ha quitado el pánico de su siervo, Eliseo ora: “Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea.” Esta oración quizás dejo al siervo de Eliseo helado. Porque a pesar de todo, era el siervo quien le había dicho a Eliseo del ejército de Siria.

El Señor oyó la oración de Eliseo y abrió los ojos del siervo. El siervo finalmente entiende la oración de Eliseo, y lo que es más importante, el siervo entendió la paz de Eliseo a pesar de las circunstancias. Porque ahora que el sirvo ve  ese gran ejército de Siria, nota algo que para él no estaba ahí. En el monte, ¡había otro ejército! Pero este ejército era diferente. ¡Estaba compuesto de caballos y carros de fuego! No tomó mucho tiempo para que el siervo realizara que este era el ejército de Dios que los protegía del ejército de Siria.

El Reto

            Quizás las preocupaciones, los quehaceres de la vida, o sus circunstancias le han dejado como al siervo de Eliseo, y está ciego a las bendiciones que Dios tiene para usted. Yo le quiero retar a que traiga esas circunstancias de la vida y que las ponga en las manos de Dios. Y deje que Dios abra sus ojos a una vida abundante con él.

Carlos Caceres  

Visit Our Church